La Navidad se caracteriza, entre otras cualidades, por ser una época de unión y solidaridad, pero eso es precisamente lo que le falta a Ebenezer Scrooge no solo en las fiestas decembrinas, sino en todo el año. En esta historia, con la ayuda de los fantasmas de la Navidad pasada, presente y futura, Scrooge aprenderá que a pesar de su avaricia todavía estará a tiempo de ayudarse a sí mismo.
En un prinicipio, Scrooge se muestra como un personaje egoísta al que poco le importan las personas a su alrededor, lo que hace que todas le rehúyan. Pero cuando recibe la visita de los tres fantasmas de la Navidad, Scrooge acepta que no puede cambiar su doloroso pasado, pero que puede transformar su presente y mejorar su futuro. ¿Cómo? Con lo que nosotros conocemos en Gentera como actuar éticamente: haciendo el mayor bien posible.
Cuando Scrooge empieza a ver más allá de su propia persona, es entonces consciente de la realidad de quienes lo rodean y los problemas que afrontan. Al comprender esto, Scrooge se da cuenta de que él tiene la posibilidad de transformar esa realidad, por lo que una vez que termina su viaje con los fantasmas, él de inmediato comienza a hacer lo que está en sus manos: ayudar a las personas de la mejor manera que puede. Esto, al final, lo convierte en una persona virtuosa.
Esta historia nos invita a reflexionar sobre nosotros mismos, nuestras acciones y decisiones. ¿Qué estamos haciendo para transformar nuestra realidad? ¿Lo que hacemos está orientado a lograr el mayor de los bienes? ¿Qué es lo que está en nuestras manos hacer para lograrlo? Hacer el mayor bien posible no es algo de lo que solamente debamos acordarnos en una época del año, sino en todo momento y en todos los ámbitos de nuestra vida. Solo así es que verdaderamente transformamos nuestra realidad.
Esta película está disponible en Netflix y aquí te dejamos un avance:
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