Soy Ejecutiva de Atención a Clientes de Durango Victoria y quiero contarles mi anécdota. Un día llegó una señora con su hijo a la oficina, le dije que por protocolo no nos permitían que pasaran con acompañantes, le pregunté que si tenía con quien dejar a su hijo, ella me contestó que venía sola con él, entonces le dije que por esta ocasión y puesto a que no había más clientes en la fila, los dejaría pasar a ambos. Invité a la señora a sentarse, vi al niño inquieto y a ella nerviosa, regañándolo para que se portara bien, me comentó que su niño era especial y no en todos lados lo veían con buenos ojos, que era muy difícil para ella hacer tramites con él, porque no siempre se lo querían cuidar y con la pandemia no en todos los lugares le permitían pasar con niños. El pequeño se me hizo tan tierno y le di un chocolate, me encantó ver su carita de felicidad; desesperado lo quería abrir y comérselo, no hablaba y solo levanto su pulgar como muestra de agradecimiento y la señora nuevamente me dio las gracias, me dijo que era bonito encontrar gente como yo, que entendiera la situación y fuera amable con los niños. Esas palabras sinceramente me cambiaron el día, pequeños detalles que hacemos para los demás valen mucho, y para quienes los hacemos la gratificación es más valiosa, yo en lo personal siempre trato de ser amable con la gente, también soy mamá y en ocasiones me toca estar del otro lado como la clienta.
Mi nombre es Zuleima Padilla Solorzano y considero que pequeñas acciones hacen el cambio, por eso hay que hacer el bien sin mirar a quien.
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