Los juegos para ejercitar la mente no tienen edad. Niños, adultos y los mayores en su tercera juventud, todos podemos dejarnos atrapar por el placer de estas propuestas cognitivas.
La plasticidad cerebral -esa capacidad para cambiar su estructura con base a nuestras conductas y enfoques para adaptarnos mejor al medio- es un proceso excepcional que todos tenemos a nuestro alcance. Basta a estos juegos entre media hora y una hora al día.
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